Nuestros bisabuelos y la confederación

Nuestros bisabuelos y la confederación
Viejo afiche republicano

lunes, 26 de marzo de 2007

El ataque de aedes

Iba caminando por una de las arboladas calles de mi barrio y era de noche. Me revolcaba en mis pensamientos circulares e improductivos cuando algo me distrajo. Era un chistido. Decidí ignorarlo y continué mi marcha. Disimuladamente miraba hacia atrás cada vez que escuchaba un ruido. Poco a poco el ruido se hacía más intenso y asiduo. Se trataba de hojas de árbol caducas, que se resquebrajaban detrás de mí. Definitivamente alguien me seguía. En ese momento elegí un cambio de estrategia; si cada vez que escuchaba el ruido miraba y no veía a nadie, tal vez fuese mejor esperar unas décimas de segundos más para girar y encontrar a quien me acechaba justo en el momento en que salía de su escondite. Lo hice, y vaya sorpresa, encontré detrás de mí a un bicho asqueroso que torpemente se intentaba esconder detrás de un árbol. A primera vista parecía ser el canciller Gargano, pero luego de una segunda mirada hacia el acechador me di cuenta que no se trataba de él, sino de alguien, o algo, más.
En ese momento el acechador dio por perdida su clandestinidad y salió a enfrentarme directamente. Yo aceleré el paso pero el acechador me rebasó volando, literalmente. Se me paró en frente, interrumpiéndome el paso.
- ¿Qué hace?- Le pregunté, intentando disimular mi miedo.
- Soy el mosquito transmisor del dengue y te voy a picar.- Me respondió.
- No me piques.-
- Te voy a picar. No me compliques la vida, dale. Estirá el brazo.-
- Pero yo no quiero que me contagies el dengue.-
- Yo no te voy a contagiar, solo te voy a transmitir el virus del dengue.-
- No quiero.-
- Dale, no seas niño. Estirá ese brazo que si te portás bien después te regalo un caramelo.- Me dijo el mosquito enorme. Yo lo observé con especial atención, hice hincapié en su falta de ropa, no llevaba pantalones y debajo de esas alitas es casi imposible llevar caramelos. Me estaba engañando.
- Vos me estás mintiendo. No tenés ningún caramelo para mí.-
- Es cierto, no tengo caramelos. Pero te prometo que si te dejás pinchar voy al kiosko y te compro caramelos.- Dijo "caramelos", en plural. La codicia me comenzaba a hacer dudar de mis pilares morales. Ya no se trataba de un caramelo sino de más de uno.
- No sé. Todavía no estoy del todo convencido.-
- Dale. A ver... estirá el bracito y apretá bien fuerte el puño. Quiero ver si tenés buenas venas.-
- Bueno.- Estiré mi brazo derecho, con elegancia.
- No te va a doler nada-
- Tenés razón, no me dolió.-
- Es porque todavía no te pinché, idiota.-
- ¡Ah! Eso dolió.-
- Bueno, no tanto como cuando te aparezcan los primeros síntomas. ¡Te vas a morir! ¡Vas a sufrir como nunca imaginaste!-
- Pero...-
- ¡Vas a sufrir el peor de los tormentos! Vas a.. bueno, en realidad el dengue es como el aloe. Tiene muchas propiedades curativas. Y además cumple deseos. Si vos te hacés contagiar el dengue y deseas algo, seguro que se te cumple. Dale, pedí un deseo.
- Bueno, no sé-
- Dale, no seas tímido, pedí un deseo.-
- Eh.. pero no sé si se me irá a cumplir-
- ¡Que pidas un deseo, imbécil!-
- Eh.. me gustaría revolcarme entre los yuyos del parque de los aliados con dos gemelas suecas que, además sean, digamos, de moral liviana. Y que estén buenas.-
- ¿Algo más?-
- Si, que una llegue andando en una bicicleta Graziela rodado 20 contrapedal y que la otra tenga un blister de perifar 400 tatuado en el omóplato. Pá, ya me estoy calentando.-
- Bueno, bueno. Salí. ¡No me toques! ¡No me toques!-
- ¿Alguna vez te dijeron que tenés unas alitas preciosas?-
- Dame el brazo que me parece que le erré de transmisión. Te contagié homosexualismo. A ver... ahí está.-
- Esto me parece un poco injusto, acaparador del dengue. ¿Por qué solo vos transmitís el dengue? ¡Viva el mosquito de transmisión del dengue comunitario!-
- Ta, mal yo. Dame el brazo de vuelta que te contagié comunismo.-
- Ah, que bien que se siente. El dengue es precioso. Sentís que volás. Es un frenesí interminable. Haga como yo, contraiga el virus del dengue y verá la vida de otra manera.-

Dengue es un producto de la empresa enfermedad de paranoia colectiva ltd.
Por cualquier duda consulte a su pastor de la iglesia universal de confianza (se recomienda realizar las consultas cuando no haya encapuchados anti imperialistas enojados marchando por 18).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial! Ahora en la web. Felicitaciones

Buen cambio, aunque voy a extrañar la revista que llegaba mensualmente con un montón de esas cosas que os gusta tanto escribir.

Salud