PISO 8: La Solución Final

"Es más gracioso que ver correr a Marco Vanzini", me dijo un ex amigo al recomendarme Piso 8, y yo le creí. Mi ex amigo (que ganó el prefijo "ex" como consecuencia de su recomendación), no pudo estar más equivocado. Por más que reírse de las personas con capacidades diferentes está mal, a mí me produce más gracia el andar del equino semi cuadrapléjico.
Pero bien, vayamos a Piso 8 propiamente dicho. Otro amigo (este lo sigue siendo) me intimó a que escriba una especie de crítica, realizándome la pregunta: "¿qué te pareció Piso 8?". Breve y simple, Piso 8 es una mierda. Horrible. Me sentí usado como espectador. Me sentí tratado como un estúpido al que le dan todo servido. Chistes malos, viejos y gastados; personalidades de la "farándula" oriental (Noelia Campo) o personajes argentinos decadentes (Gasalla) que vienen a robar la plata; señoras seniles que me quieren hacer creer que poseen algún talento (china Zorrilla). Solo falta Petinatti, Petru Valensky o Luis Orpi. Los actores y guionistas de Piso 8 merecen la pena de muerte inmediata. Hay que lincharlos en la plaza independencia.
Pero bien, lo digo en una buena. Primero se le separan los miembros, luego se les remueven las cabezas hasta que rueden por el pavimento y ya está. No es tan difícil. Nos vemos en la plaza, el domingo a las 5. ¿Tamos?