El país de la Homínidofobia
Los tenientes de Artigas serán la agrupación militar más reaccionaria y asquerosamente fascista de la historia de nuestro país (sin tomar en consideración al periodismo deportivo), pero debemos reconocerles algunos aciertos en sus planteos.
Primero que nada su denominación. Son los tenientes de NUESTRO SEÑOR ALTÍSIMO José Gervasio ARTIGAS, padre de la PATRIA y prócer de la República Oriental del Uruguay (y mejor persona); por lo que al menos merecen un mínimo de respeto de nuestra parte. Porque al fin y al cabo artiguistas somos todos: los tenientes de Artigas, la vertiente artiguista, los tupamaros, los fogoneros, Javier Rojas, Julio Ríos, Darío Silva (por lo de andar con sus primas en la concentración de Uruguay). En fin, todos, a su modo, se consideran artiguistas y rinden homenaje al santísimo prócer.
Pero es el caso de los tenientes de Artigas el que me ataña hoy. Porque veo con tristeza como algunos sectores de izquierda, agitadores, sediciosos, marxistas-leninistas tupamaros -subversivos-masones (estos calificativos fueron extraídos del diccionario Bordaberry-Castellano, Castellano- Gorila) se despachan con insultos y burlas a dicha agrupación militar.
Porque que Artigas hablara de reforma agraria y a los latifundistas (o alcahuetes de los latifundistas) tenientes de Artigas se les erice la piel del miedo, no quiere decir nada. Que Artigas hablara de que los más infelices sean los más privilegiados y que a los tenientes de Artigas eso no les importe mucho, no es tan importante. Que Artigas hablara de no vender el rico patrimonio al bajo precio de la necesidad y que los tenientes de Artigas durante la dictadura comenzaran a abrir el camino a las privatizaciones no quiere decir nada. Que Artigas peleara rodeado de pobres e indígenas y que los tenientes de Artigas deseen eliminar a los pobres (porque a los indígenas llegaron tarde), no es nada contradictorio. Que Artigas hablara de la tenencia de armas para rebelarse contra la tiranía y que los tenientes de Artigas sean los que poseen las armas y representen al mismo tiempo a la herencia de la tiranía contra la que peleaba Artigas, no es para nada contradictorio.
No podemos ponernos tan exquisitos con el asunto de los nombres. ¿Cuál es el problema con que estos viejos cavernícolas se junten a golpear su cachiporra bien fuerte contra el piso mientras hacen sonidos guturales y se llamen a si mismos artiguistas? ¿Acaso no permitimos que nos digan que la nueva agua mineral de Coca Cola company te alimenta además de sacarte la sed? ¿No permitimos acaso que se comercialice un producto al que se le denomina carne vegetal? ¿Y la leche de soja? ¿Y el fútbol uruguayo?
Cómo vemos, los tenientes de Artigas no son los únicos contradictorios. Pero es contra ellos que se lleva adelante una campaña de difamación. El país se fue al demonio, ahora uno puede ser contradictorio sin que alguien te lo eche en cara.
Esto es discriminación. Basta de homínidofobia
Los tenientes de Artigas serán la agrupación militar más reaccionaria y asquerosamente fascista de la historia de nuestro país (sin tomar en consideración al periodismo deportivo), pero debemos reconocerles algunos aciertos en sus planteos.
Primero que nada su denominación. Son los tenientes de NUESTRO SEÑOR ALTÍSIMO José Gervasio ARTIGAS, padre de la PATRIA y prócer de la República Oriental del Uruguay (y mejor persona); por lo que al menos merecen un mínimo de respeto de nuestra parte. Porque al fin y al cabo artiguistas somos todos: los tenientes de Artigas, la vertiente artiguista, los tupamaros, los fogoneros, Javier Rojas, Julio Ríos, Darío Silva (por lo de andar con sus primas en la concentración de Uruguay). En fin, todos, a su modo, se consideran artiguistas y rinden homenaje al santísimo prócer.
Pero es el caso de los tenientes de Artigas el que me ataña hoy. Porque veo con tristeza como algunos sectores de izquierda, agitadores, sediciosos, marxistas-leninistas tupamaros -subversivos-masones (estos calificativos fueron extraídos del diccionario Bordaberry-Castellano, Castellano- Gorila) se despachan con insultos y burlas a dicha agrupación militar.
Porque que Artigas hablara de reforma agraria y a los latifundistas (o alcahuetes de los latifundistas) tenientes de Artigas se les erice la piel del miedo, no quiere decir nada. Que Artigas hablara de que los más infelices sean los más privilegiados y que a los tenientes de Artigas eso no les importe mucho, no es tan importante. Que Artigas hablara de no vender el rico patrimonio al bajo precio de la necesidad y que los tenientes de Artigas durante la dictadura comenzaran a abrir el camino a las privatizaciones no quiere decir nada. Que Artigas peleara rodeado de pobres e indígenas y que los tenientes de Artigas deseen eliminar a los pobres (porque a los indígenas llegaron tarde), no es nada contradictorio. Que Artigas hablara de la tenencia de armas para rebelarse contra la tiranía y que los tenientes de Artigas sean los que poseen las armas y representen al mismo tiempo a la herencia de la tiranía contra la que peleaba Artigas, no es para nada contradictorio.
No podemos ponernos tan exquisitos con el asunto de los nombres. ¿Cuál es el problema con que estos viejos cavernícolas se junten a golpear su cachiporra bien fuerte contra el piso mientras hacen sonidos guturales y se llamen a si mismos artiguistas? ¿Acaso no permitimos que nos digan que la nueva agua mineral de Coca Cola company te alimenta además de sacarte la sed? ¿No permitimos acaso que se comercialice un producto al que se le denomina carne vegetal? ¿Y la leche de soja? ¿Y el fútbol uruguayo?
Cómo vemos, los tenientes de Artigas no son los únicos contradictorios. Pero es contra ellos que se lleva adelante una campaña de difamación. El país se fue al demonio, ahora uno puede ser contradictorio sin que alguien te lo eche en cara.
Esto es discriminación. Basta de homínidofobia
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