Nuestros bisabuelos y la confederación

Nuestros bisabuelos y la confederación
Viejo afiche republicano

sábado, 23 de diciembre de 2006

El deporte es salud

Señores, están sacando a la juventud del deporte. En una época en la que se escucha por todas partes que las autoridades pretenden integrar a la juventud al deporte; en un tiempo donde se bombardea mediáticamente con el discurso de que es conveniente fomentar la práctica del deporte en todas sus formas porque es bueno para la salud, parece mentira que no se den cuenta que lo único que están haciendo es alejar a la juventud del deporte.
Se supone que a través del deporte se logra alejar a la juventud de la droga, del alcohol, de la calle, en fin, del vicio. Y es justamente ahí donde radica el problema: la juventud no quiere alejarse de las drogas, del alcohol y de la calle. Pero cuidado, eso no quiere decir que los jóvenes no quieran hacer deporte, no señor, en absoluto, a la inmensa mayoría de los jóvenes les encanta el deporte y están más que dispuestos a practicarlo.
Sin embargo, con ideas tan ridículas como con las que se pretende “enganchar” a los jóvenes no se llega a ninguna parte. Si la elección que me plantean consiste en, por un lado, correr a las dos de la tarde por el cantero de avenida Italia al rayo del sol, transpirado, deshidratado, al borde del calambre y el dolor; y por el otro puedo irme a tomar un vino tirado en la esquina con mis amigos, es evidente cuál va a ser mi decisión: vino con los gurises. Y esa es la elección que tomará la inmensa mayoría de la juventud.
Están alejando a la juventud del deporte al plantear el asunto de ese modo. Parece que lo hicieran a propósito. ¿Por qué no buscar otro camino? O mejor aun, ¿por qué obligarles a tomar una decisión semejante? No le veo el sentido a elegir entre alcohol y drogas o deporte, cuando está más que claro que se puede elegir alcohol y drogas y deporte.
Ejemplos sobran. Garrincha, uno de los mejores jugadores de fútbol brasileros de la historia, era alcohólico; Paul Gascoigne estaba preso por agredir a un ciudadano a golpes de puño producto de una borrachera cuando el técnico de su selección, Inglaterra, lo sacó de prisión para que fuese el capitán del equipo en el mundial de Italia 90; Romario llegaba borracho a los entrenamientos del Barcelona y era la figura; la selección holandesa del 74 y del 78 metía prostitutas a la concentración y llegó a la final de ambos torneos; Diego Maradona, capaz, en una de esas, salió de noche y se metió alguna cosita que otra por la nariz; y en Uruguay hay ejemplos como el de Fabián O´neill, que era la figura de Nacional y se sabía que, si no jugaba borracho, entrenaba borracho, y según él mismo comentó, cuando jugaba en el Cagliari de Italia el presidente y el técnico del equipo lo incitaban a que saliera entre semana porque “jugaba mejor”; y actualmente tenemos el caso de Darío Silva, que por manejar borracho perdió una pierna y...ta, no, este ejemplo no es del todo bueno, pero con los que di hasta ahora es más que suficiente para sostener mi punto.
Señores, si lo que quieren es que hagamos deporte, por favor no lo contrasten con actividades mucho más disfrutables como tomar con los amigos. Así no funciona la cosa. Piénsenlo del siguiente modo: ¿por qué la mayoría de la gente no se hace cura católico si podés vivir sin trabajar, si te pagan por no hacer nada y si, por esas cosas que tiene la vida, te mandás una macanita que le puede pasar a cualquiera (como violar a un niño), tenés al Estado más rico del mundo protegiéndote? Porque se lo contrasta con la actividad sexual activa y a la gente le importa un carajo los beneficios del catolicismo si eso significa no poder revolcarse entre los yuyos con la mina o con el tipo que te gusta. Ante oposiciones tan estúpidas, las elecciones son las mismas: el placer.
A si que docentes de educación física o de cualquier deporte, no sean ingenuos, a nadie le importa la salud o el estado físico si se lo opone a cosas más interesantes. Humildemente les recomiendo que cambien los planes y encaren la educación física de otro modo. ¿Para qué exigirle al alumno que corra durante 12 minutos alrededor de una cancha cuando puede correr 6 minutos, parar, fumarse uno, correr otros 6... segundos más y sentarse en el suelo a comer un alfajor de chocolate y dulce de leche?

No hay comentarios.: